sábado, 25 de julio de 2009

Una máquina de la comunicación? Creo que ya sido suficiente.
Vamos a empezar a hablar, supongo, que el ánimo racional acometería a preguntar qué hago acá.
Sinceramente me importa muy poco saciar las ansias de todo espectador, ante un escenario difuso que proclama hechos.
Vengo a decir que, ésto me resulta muy contradictorio, lo que estoy diciendo, no tiene sentido alguno (o los tiene todos).
Ya no recuerdo.
Y pregunto a la razón que pulula sobre el aire.
Realmente falta?


Son los sueños nuestro despertar más concreto. El hombre capaz de soñar despierto, creo que ha descubierto las venas al cielo.

De qué queremos hablar?
Me parece que "querer" no ocupa en este momento un punto válido de análisis, uno es quien y es uno quien sabe por qué.
A quién no mentir?

Hay cuestiones claras, que nos son inmunes a todos, y ciertas anomalías ya son propias en cada fase. Son los puntos donde el ser humano es muy sencillo.
Donde no queda a quien más mentirle.

Somos el fracaso de nuestras propias pulsaciones, de describir débiles la euforia, de opacarnos ante el método desconocido. Creo que buscar esperando encontrar, es una de las grandes fallas.
Por qué no situarnos en el espacio propicio, en el momento adecuado? como si fuera sencillo, porque lo es.
Sólo es cuestión de direccionarse sin dejar de perder el rumbo en estas palabras que no saben de órdenes.
El humano es un objeto creado por costumbres, que vive por costumbres.
Siempre resulta extraño lo que no ocupa valor pretérito de presentes. Y por qué ante la duda no salir corriendo? No salir corriendo con un nuevo mundo entre las manos? Tan ajena tenemos la acción de decidir?
La gente es linda como es.

Y sólo mantengo firme, no ser dueños de pegarles un tiro a la neurosis que anima las manos a escaparse, hacia el núcleo del conflicto que reúne varios mundos en uno. Es seguir en la utopía de vendarse para no llorar más porque el difunto sueño en un par de años atrás. No muere.

No cerrar nunca los juegos de la memoria.

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