miércoles, 14 de diciembre de 2011

Lloran en las entradas
porque nadie supo abrir.
Caen las luciérnagas del techo,
porque nadie las oyó huir..

No digas que no hiciste nada, todos somos parte de ésto,
no digas que no escuchaste nada, todos gritamos muy lejos.

Es la agonía del 1 2 y 3.

Había muchos, eran como 50, yo llegué una vez y dije que venía a robar cabezas.
Estuve un tiempo y me fui.
No sirvo para estar con gente,
pero robé mucho más de lo que ellos pudieron darse cuenta,
los tengo a cada uno en la mente, con sus manías, con sus palabras.

Ahora no puedo decir nada.
No es el momento,
hay un momento para cada movimiento
y en este movimiento no hay momento que valga.

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